Planificación etapas 28 a 38

Etapa 28 a 38 – Oviedo a Santiago (Jueves 11 de Septiembre a 21 de Septiembre)

El tramo final lo haremos siguiendo el Camino Primitivo:

Sentido León-Santiago

Detalle de la ruta (las etapas no son las que haremos nosotros)

Etapas

Distancia Parcial

Kms. Que faltan

a
Santiago

1

OVIEDO

33,00

325,10

2

GRADO

24,90

300,20

3

SALAS

21,30

278,90

4

TINEO

18,00

260,90

5

POLA DE ALLANDE

26,00

234,90

6

GRANDAS DE SALIME

39,40

195,90

7

FONSAGRADA

26,50

169,00

8

CADAVO

31,00

138,00

9

LUGO

34,50

103.50

10

PALAS DE REI

37,50

66,00

11

ARZÚA

29,00

37,00

12

SANTIAGO

37,00

0,00


El itinerario hacia Santiago, deja la Plaza de Alfonso II El Casto o de La Catedral por la calle de San Juan, a cuyo final se salvaba la muralla por la puerta llamada de Socastiello. Bajando la calle de la Luna, ya extramuros, se llega a la Plaza de Santa Clara. Debe su nombre al convento en el que, desde mediado el siglo XIII, residió una comunidad de Monjas Clarisas. Aquí finalizaban los arrabales de la ciudad y comenzaba ya la zona totalmente rural. La cruz de término, situada frente al convento, señalaba esta circunstancia.

Continúa por la calle de Covadonga, antes de entrar en la de Melquiades Alvarez.

En esta última, se pasa ante el actual templo parroquial de San Juan, inaugurado el año 1915 para albergar la parroquia que había nacido en el antiguo hospital del mismo nombre, donde estuvo hasta el año 1873, que fue trasladada al desaparecido convento de San Francisco, a la sazón hospital provincial, hasta su derribo el año 1902, residiendo posteriormente, de forma provisional, en las parroquias de Santa María de la Corte y San Tirso, hasta la inauguración de este templo. Se cruza a continuación la calle de Uría, principal arteria del ensanche ciudadano de finales del pasado siglo. Abierta en el año 1868, cuando el Ayuntamiento acordó "abrir una nueva, ancha y elegante calle desde la del Rosal hasta donde debe levantarse la estación del Ferro-carril". Al comienzo de la misma, permaneció hasta el año 1879 el famoso "Carbayón", roble totémico por el que los ovetenses son conocidos como "Carbayones".

La calle de la Independencia debe de recorrerse en toda su longitud, para al final, tomar a la derecha por la de Tejeiro, antes de seguir por la de Argañosa. Puede verse mientras se recorre este tramo, mirando a mano derecha, además de las instalaciones ferroviarias, lo poco que queda del gran acueducto, llamado de Los Pilares, que mediante cuarenta y un arcos de medio punto y unos cuatrocientos metros de longitud, trajo hasta Oviedo, desde el año 1568, hasta finales del siglo XIX, las ricas aguas de los manantiales del Naranco.

En el entronque de las calles Tejeiro y Argañosa, comienza la de Ramiro I, que conduce a la cima del Monte Naranco, pasando antes por los monumentos prerrománicos o ramirenses de Santa María y San Miguel de Lillo.

La calle de la Argañosa, que en la actualidad forma parte de un populoso u moderno barrio, era todavía en el pasado siglo un pequeño núcleo rural, que comenzó a crecer con la instalación en sus cercanías de los talleres del ferrocarril. A su final, en el barrio conocido como Lavapiés, para dirigirse hacia La Florida, hoy calle de Alfonso I El Católico, es necesario salvar la vía del ferrocarril sobre una pasarela metálica, ya que el antiguo paso a nivel se encuentra clausurado. En este lugar, puede considerarse que termina actualmente el recorrido urbano del Camino, estando ya el peregrino sobre la carretera local que le llevará primero a San Lázaro de Paniceres, para más tarde, bordeando la sierra del Naranco, continuar su peregrinación rumbo al oeste, por los incomparables paisajes astures.

San Lázaro de Paniceres es el primer lugar con que el peregrino se encuentra después de dejar atrás el recorrido urbano por la ciudad de Oviedo. Aquí se situaba la malatería del mismo nombre, de la que ya se habla en un documento del año 1331, pero probablemente de fundación bastante anterior, al igual que su homónima de San Lázaro del Camino, que vimos al entrar en Oviedo por el camino de León. Situadas ambas sobre la Ruta Jacobea, es evidente su relación con la asistencia a los peregrinos.

Poco más adelante, en una bifurcación de la carretera, deberá el caminante tomar la de la izquierda, para dejarla enseguida y coger a la derecha el camino, actualmente bien señalizado, que le lleva hasta la ermita del Carmen, en el pueblo de Lampajua o Llampaxuga.

Va recorriendo entre tanto, la falda del monte naranco, en medio de un singular paisaje: a la derecha, sobre su cabeza, la Peña de Ules (558 m.) y recostado en la ladera el pueblo del mismo nombre y los de Villamorsén, El Llano, Llampaya..., a su izquierda el valle en el que se destaca San Claudio, cerrado al fondo por agrestes cordales de montañas de los concejos de Santo Adriano, Grado, Belmonte, etc., un poco a la espalda, sigue estando presente la sierra del Aramo, con sus cumbres de La Mostayal, La Gamonal (1.712 m.), El Gamoniteiru y un poco por delante de ellas el mítico Monsacro. Si el caminante mira a su espalda, podrá contemplar a lo lejos las cumbres de los concejos de Teverga, Quirós, Lena y hasta las primeras estribaciones de los Picos de Europa, un singular panorama, sin duda.

Siguiendo el camino señalado, por la izquierda de la ermita, se encuentra a continuación el pueblo de Loriana, desde él, por Fabarín, se baja hasta el valle del río Nora que se cruza, ya en la carretera, por el llamado Puente de Gallegos, nombre que claramente recuerda que desde el siglo XIII fue camino de paso hacia o desde Galicia.

El río, marca el límite entre el "Alfoz de Nora a Nora" que constituía el Concejo de Oviedo y el de Las Regueras. Comienza aquí la subida al alto del Escamplero, primero siguiendo la carretera y dejándola más tarde para transitar por camino, que lleva hasta el alto por un recorrido un poco más largo pero de pendiente más suave y apartado de la circulación rodada.

En esta loma, que domina el paisaje circundante, circunstancia a la que seguramente debe su nombre, sitúa Juan Uría la alberguería llamada Hospital de Escamplero, que él data en el siglo XV, sin precisar la fecha de su fundación, y que supone como sucesora de un anterior Monasterio de San Martín, que se nombra en un documento del año 1097 y que habría tenido una corta vida.

Si seguimos a J. I. Ruiz de la Peña, el hospital fue fundado mediado el siglo XIV por un piadoso hidalgo, de nombre Rodrigo Alfonso de Escamprero y además de los servicios que durante varios siglos prestó a los romeros que por aquí pasaban, en el año 1350, acogió a Enrique de Trastámara, cuando huía hacia sus dominios asturianos, para librarse de su hermano Pedro I, que acababa de subir al trono. Hay en la actualidad en este lugar un buen establecimiento de hostelería.

Desciende el camino por la vertiente contraria, después de cruzar la carretera que desde Trubia va Avilés, por la parroquia de Balsera, dejando a la derecha el núcleo de población hacia Premoño, donde se situaba otra alberguería, posiblemente desde comienzos del siglo XV. Todavía perdura hay la antigua capilla dedicada a Santa Ana.

Poco más abajo, ya está el caminante en el valle por el que discurre el río Nalón, que seguirá para cruzar sobre él por el puente de Peñaflor, lugar éste, donde otro hospital jalonaba el camino hacia Compostela.

Fundado por donación de Alfonso VII en el año 1144 de una tierra en Valduno para levantar allí un hospital. Estaría por tanto, en la orilla derecha del río, todavía en el término de Las Regueras.

El caserío de Peñaflor, se encuentra ya en la orilla izquierda. En su iglesia parroquial, se conservan todavía algunos restos de su antiguo templo románico.

Una vez salvado lo que podríamos denominar como desfiladero de Peñaflor, siguiendo la carretera nacional, vuelve el caminante a encontrarse en la abierta y fértil vega que baña el Nalón, productora de riquísimas hortalizas y frutas que dan fama al mercado de la villa de Grado, que fundara Alfonso X El Sabio, y cuyo caserío empieza a ver al fondo de la recta y llana carretera que va siguiendo.

Fue la villa de Grado, durante la Edad Media, centro de una intensa vida comercial y política, impulsada por encontrarse sobre la ruta de comunicación de la zona central con el occidente de la región y con la vecina Galicia, coincidiendo además con otra importante vía transmontana: el Camino de La Mesa.

Aunque no se conserva su carta fundacional, se sabe que fue otorgada por Alfonso X con anterioridad al año 1256, fecha en que ya aparece ejerciendo la tenencia de su alfoz.

Estuvo la villa cercada hasta el pasado siglo, pero nada se conserva actualmente de sus murallas ni de su viejo caserío medieval.

En el arranque de la actual calle principal, donde se abría la puerta por la que se accedía al recinto cercado desde el este, en lo que fuera una gran plaza, se encuentra ahora el Palacio de Valdecarzana y la Capilla de los Dolores, en ella se levantaba la primera iglesia parroquial.

La citada calle conformaba el camino hacia Galicia, corriendo de este a oeste, hasta finalizar en la puerta, que ya cerca del barrio de La Cruz, marcaba la salida de la villa. La cruz de termino que da nombre al lugar, todavía hoy se conserva.

Juan Uría cita en Grado un hospital de peregrinos, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Candelas, del que se desconoce la fecha de fundación. Por documentos del Archivo del Hospicio Provincial de Oviedo, se sabe que ya existía en el siglo XVII, aunque es muy probable que viniese de tiempos bastante anteriores. En su Libro de Cuentas, se lee, en las del año 1668, que se gastaron cuatro hanegas de pan "por la asistencia y limpieza del dicho hospital y la ropa de él; dar luz y leña a los peregrinos".

El camino, actualmente, sale de Grado coincidiendo con la carretera nacional, por la que es necesario andar durante un pequeño trecho, dejándola después por un camino a mano derecha por el que se comienza la subida al alto de Cabruñana. Más adelante, siguiendo este camino, volverá a cruzarse la carretera, antes de llegar al lugar de San Juan de Leñapañada o Villapañada, donde desde comienzos del siglo XIII hubo un hospital dependiente de la Orden de San Juan de Jerusalén, en el que los "Freres de Leñapañada", prodigaban sus cuidados a los sufridos peregrinos.

El camino sigue ascendiendo para coronar el cordal de Cabruñana junto al Santuario de la Virgen del Fresno, lugar de popular y tradicional devoción. En sus cercanías, hubo una importante malatería, bajo la advocación de San Lázaro. El propio lugar de Cabruñana, situado sobre la carretera nacional, lo deja el caminante un poco más al norte, a su derecha.

Una vez superado el alto (350 m.), desde donde se divisan unos bellos panoramas, comienza un rápido descenso, por la ladera que llevará a la cuenca del río Narcea, ya en el concejo de Salas. San Marcelo y Doriga son los pueblos que se encuentran en esta bajada. En algún pequeño tramo es necesario utilizar la carretera, en otros hay caminos que permiten prescindir de ella.

Junto a la antigua y peculiar iglesia de Santa Eulalia de Doriga, entre el caserío del lugar, el camino se separa de la carretera por la mano derecha; por él se sigue descendiendo hasta el valle, donde ya a orillas del río Narcea, hay que seguir actualmente por la carretera N633 hasta la Rodriga y el entronque con la de la Coruña (n634), por cuyo puente se cruza el citado Narcea para acceder a la villa de Cornellana.

La Puebla de Cornellana se desarrolló a la sombra del Monasterio de San Salvador, favorecida por el tráfico comercial entre Oviedo y el Occidente asturiano, así como por el abundante tránsito de peregrinos camino de Santiago, aunque no llegó a gozar de autonomía como concejo, permaneciendo siempre sometida a la jurisdicción compartida por el Obispo ovetense y el Abad del monasterio benedictino, que había sido fundado por la Infante doña Cristina, hija del rey de León, Bermudo II, a principios del siglo XI (1024).

Permaneció desocupado hasta el año 1122, en el que el conde Suero Bermúdez, bisnieto de la fundadora, lo cede a la Orden Benedictina de Cluny, que se distinguió por su preocupación en el fomento y protección de la peregrinación compostelana.

Fue la única abadía vinculada la comunidad cluniacense que hubo en Asturias.

La iglesia, de estilo románico, de finales del siglo XII, es la parte más antigua de la edificación. En su interior, pueden verse dos retablos del siglo XVII: el de la nave central, con escenas de la vida de San Benito; el de la Asunción en la nave de la derecha. La fachada es del año 1678.

En los primeros años del siglo XVIII, se levantaron el monasterio y el claustro, en el que se conservan dos antiguas portadas, una gótica y románica la otra, con capiteles finamente tallados.

Durante siglos, los peregrinos cruzaron el río Narcea por la "ponte viella", cerca de la cual, desde finales del XVI, consta la existencia de un hospital, llamado por su ubicación de "allende la ponte".

Continúa el camino, desde la explanada delante del Monasterio, dejando el río Nonaya a la derecha del peregrino, en subida hacia el lugar de Llamas, para volver a bajar a continuación al ancho valle y seguir prácticamente en paralelo a la carretera, aunque un poco alejados de ella, hasta Quintana y Casazorrina, donde se cruza el nuevo trazado que evita la villa de Salas y por el trazado antiguo se encamina hacia la patria chica de D. Fernando Valdés, inquisidor y fundador de la Universidad de Oviedo. La almenada torre, sucesora del antiguo castillo, ya se ve al final de la recta carretera.

Es Salas otra de las villas fundadas por Alfonso X el Sabio, hecho que debió producirse sobre el año 1270.

La torre medieval que hoy forma parte del palacio de Valdés-Salas, sería la sucesora del antiguo castillo que el año 1120 recibe el conde Suero Bermúdez, donado por la reina Urraca y que formaría el primer núcleo alrededor del que se desarrollaría la villa, favorecida, como en los casos de Grado y Cornellana, por su situación sobre la ruta comercial y el Camino de Santiago.

Un poco apartada del centro urbano, en el camino que asciende a la ermita del Viso, patrona del concejo, al pie de un centenario tejo, se encuentra la Iglesia de San Martín, antigua parroquial, del siglo IX, ha sufrido varias reformas posteriores. Sus interesantes elementos epigráficos y ornamentales de los siglos IX y X, incorporados por Manuel Gómez Moreno al catálogo del Perrománico, pueden verse actualmente en la torre de Valdés-Salas.

La citada Torre y Palacio de los Valdés, se encuentran en el centro de la villa. Solar de la familia y casa natal de D. Fernando de Valdés-Salas (1483–1586), que fuera Arzobispo de Sevilla, Inquisidor General y Fundador de la Universidad de Oviedo.

La Torre se construyó en el siglo XIV. El Palacio está unido a ella por un arco en el que pueden verse los escudos de la familia y de otras emparentadas, es obra del siglo XVI. El conjunto acoge en la actualidad un centro cultural y un hotel.

A orillas de la antigua carretera que cruza la villa, se encuentra la Colegiata de Santa María la Mayor, levantada mediado el siglo XVI, con diversos añadidos posteriores.

Es un edificio de una sola nave cuadrada, con cabecera pentagonal, cubierta de bóveda estrellada con bella decoración.

Pueden verse en el interior dos retablos barrocos, del siglo XVII, pero la pieza más importante es el mausoleo de D. Fernando de Valdés-Salas, obra en alabastro del escultor italiano Pompeyo Leoni, realizado entre los años 1576 a 1582.

Puede decirse, como curiosa anécdota, que esta iglesia fue escenario del sacrílego robo perpetrado en el año 1586 por el peregrino genovés Bartolomé Cassano, que antes había cometido el mismo delito en la iglesia parroquial de la villa de Zarauz, logrando continuar su camino sin que nadie sospechara de él. Descubierto en Salas con el producto del robo, unos candelabros de plata, en la mano, fue juzgado declarándose igualmente autor del robo de Zarauz, por lo que fue condenado a ser ahorcado en dicha villa.

La capilla de San Roque, levantada en el siglo XVII, es el único vestigio que queda de un antiguo hospital de peregrinos.

El camino, a la salida de Salas, coincide con la carretera nacional, por la que se inicia la larga ascensión a la sierra de Bodenaya, popularmente conocida como la subida de La Espina. Ya bastante más arriba, habrá que desviarse por la izquierda, para tomar por el camino de Porciles y volver a coincidir con la carretera en el lugar de Bodenaya, ya en la alta meseta (650 m.) de aspecto desolado que el viajero se encuentra antes de llegar al pueblo de La Espina.

En este lugar punto de encuentro de los concejos de Salas, Tineo y Valdés y en él se separan los dos itinerarios principales de comunicación entre el centro y occidente de la región, uno desciende hacia el valle del río Canero para seguir por la zona costera hacia Luarca, Navia y Vegadeo; el otro, más antiguo y principal en la Ruta Jacobea, se desvía hacia el suroccidente, a los concejos de Tineo y Pola de Allande.

Hay documentados en La Espina, dos hospitales: la Malatería de Bazar y el hospital fundado para albergar a peregrinos y caminantes, con anterioridad al año 1268, pues esta fecha, ya se nombra como dependiente del Arzobispo de Santiago, relación ésta que confirma la antigua fijación del itinerario jacobeo por este lugar.

Discurre a continuación el camino por una ruta con menos dificultades orográficas que la recorrida hasta aquí, entrando ya en el concejo de Tineo por La Pereda. Coinciden en algún momento camino y carretera, en otros se separan, como ocurre en El Pedregal, donde un crucero a la izquierda de la ruta, indica al peregrino el camino a seguir. Se encuentra a continuación Santa Eulalia y Zarracín, poco antes de subir al campo de la ermita de San Roque, levantada en el siglo XIII, que constituye uno de los lugares más significativos del camino a su paso por el concejo.

Desde aquí, apenas falta ya un kilómetro para que el caminante alcance la capilla de la antigua comunidad de franciscanos de San Francisco del Monte, convertida hoy en la Parroquia de San Pedro.

La villa de Tineo, que ya detentara jurisdicción condal y juez merino a finales del IX siglo, recibe del rey Alfonso IX, la primera carta puebla de las villas asturianas.

Aunque se desconoce con exactitud la fecha de expedición de la carta fundacional, así se desprende de las palabras del Rey en el año 1222 en que alojado en el monasterio de Obona en el transcurso de una de sus peregrinaciones a Santiago, concede al cenobio el privilegio de que él y la villa de Tineo sean paso obligado de los que peregrinan desde el Salvador a Compostela.

De su antiguo castillo, que fuera centro d influencia militar, política y administrativa de la demarcación, nada queda en la actualidad, sus últimos vestigios fueron derruidos en el comienzo del siglo presente.

La iglesia parroquial de San Pedro, es actualmente la del antiguo convento de San Francisco del Monte, a la que se trasladó la Parroquia a finales del pasado siglo, después de la exclaustración de los frailes franciscanos, que atendieron a los peregrinos, probablemente ya desde finales del siglo XIII.

Contó la villa con un hospital de peregrinos, llamado Mater Christi, situado en la calle principal. Fue vendido en parte con ocasión de una de las desamortizaciones y el resto permaneció abandonado durante largo tiempo. Según Juan Uría "era un edificio de regulares proporciones, al que daba acceso un soportal con cuatro columnas, en el que había una hornacina con la imagen de Santa Ana. Su capilla era amplia, con alta nave y arcadas de cantería en el presbiterio".

De Tineo parte el camino en dirección al pueblo de Piedrafita y al alto de Piedratecha (800 m.), antes de llegar, cumpliendo el deseo expresado por Alfonso IX en el citado documento del año 1222, a Obona y su Monasterio de Santa María la Real.

Constituyó el cenobio benedictino un importante centro monástico en la Asturias medieval.

Respecto a su fundación no hay actualmente ningún documento que permita conocer sus primeros tiempos; Ambrosio de Morales dice de él que "es fundación Real antiquísima, porque es del Infante Adelgaster y de su muger la Infanta Brunilda. Así parece por la escritura de la fundación, su data a los diez y ocho de Enero año setecientos y ochenta". Sin embargo, ningún autor moderno admite la escritura fundacional que menciona Morales, como un documento fiable.

Conoce una época de gran esplendor durante los siglos XIII y XIV, a partir de la disposición real del año 1222, momento en el que se edifica la iglesia. El Monasterio fue reconstruido a partir del año 1658 y abandonadas las obras 30 años más tarde por falta de recursos. Las estrecheces económicas, posiblemente forzaron a que la obra fuese de gran sencillez. El escudo real y el relieve de San Benito, sobre la entrada de la portería, de traza barroca, son los únicos detalles ornamentales.

Completa el conjunto la hospedería que forma ángulo con la portería y cierra el campo delante de la iglesia.

Los monjes benedictinos permanecieron en Obona hasta la exclaustración en el año 1835, entonces la iglesia pasó a ser templo parroquial.

Abandonado a mediados del presente siglo, fue arruinándose totalmente, lo que trató de impedirse con algunos trabajos de restauración que se hicieron en los años ochenta.

Continua el camino hacia Villaluz, Vega del Rey, Berrugoso y Campiello, antes de llegar a Borres, donde un hospital de peregrinos, dependiente de la Iglesia de Santiago, se documenta a finales del siglo XII.

Muy cerca se encuentra ya Samblismo. Sigue La Mortera, Colinas y Porciles, último pueblo del concejo de Tineo.

Ya en el concejo vecino, se encuentran los lugares de Lavadoira y Ferroy, antes de llegar a su capital: Pola de Allande.

Una variante, puede llevar al peregrino, a partir de La Mortera por la zona de Hospitales, (así conocida por los hospitales o albergues de Fomfaraón y Valparaiso, cuyos restos aún se conservan) hasta Montefurado, ya en lo alto del Puerto del Palo, sin bajar a Pola de Allande. Tiene esta ruta la dificultad de recorrer parajes muy desolados y sin ninguna posibilidad de albergue en todo el trayecto, alargando en demasía la etapa que se comenzara en Tineo, por lo que es recomendable hacer final de día en la villa allandesa, donde en la actualidad no hay albergue para peregrinos, pero si se encuentran establecimientos hosteleros donde restaurar fuerzas y descansar, en los que el peregrino siempre es acogido con especial cariño y atención.

Fue iniciativa episcopal la fundación de la "pobla allandesa". La existencia anterior de las de Cangas y Tineo, puedo haber sido el estímulo que decidió al obispo Pedro a otorgar todo cuanto haya en sus propiedades, para que los hombres del "concello de Allande", dependientes de la iglesias de San Salvador "puedan facer pobla". Ocurre esto en la segunda mitad del siglo XIII. A su desarrollo contribuiría en gran medida, igual que el resto de las villas por las que discurre, el paso del camino hacia Santiago de Galicia.

Uría Riu habla de la existencia en la villa de tres hospitales, sin citar fechas ni nombres.

La iglesia parroquial, dedicada a San Andrés, es obra del siglo XVI, con muchas reformas posteriores.

El notable es edificio civil que desde lo alto domina la villa. Se trata del palacio de Cienfuegos, cuya primera construcción data del siglo XIV, reedificado en el XVI. Su planta forma una L, con tres torres que le dan un marcado carácter defensivo.

De Pola de Allande sale el camino por la carretera AS 14 hasta poco después de rebasar el lugar de El Mazo, donde por senda que se desvía a la izquierda se sigue el curso del río Nisón, en dirección al caserío de La Reigada. Poco más adelante del caserío, después de un difícil paso, la senda vuelve a aparecer ganando rápidamente altura hasta alcanzar de nuevo la carretera que hay que cruzar y dejando a la izquierda la gran curva que esta describe, tomar la senda que en fuerte ascenso, gana de forma más directa el alto del puerto del Palo (1.146 m.), zona de impresionantes y desolados parajes, desde donde pueden apreciarse las grandes cortas debidas a las antiguas labores de explotaciones auríferas.

Se encuentra más adelante, ya en la vertiente occidental del puerto, el pueblo de Montefurado, donde hubo hospital de peregrinos, al igual que el Lago y Berducedo, que son los lugares por donde se pasa a continuación.

Berducedo es el último pueblo del concejo allandés, a partir de él, debe el peregrino tomar la dirección de La Mesa y Buspol, ambas localidades y del concejo de Grandas de Salime.

En Buspol comenzaba la espectacular cuesta que tanto impresionaba a los peregrinos, para bajar hasta el pueblo de Salime, a orillas del río Navia, que discurría por profunda garganta, y que debían de cruzar a gran altura por el viejo puente. Tanto el uno como el otro, están actualmente cubiertos por las aguas del pantano.

En la actualidad, debe el caminante, encaminarse hacia la presa del salto, para cruzar por la carretera que pasa sobre ella, desde la que aguas abajo, puede verse el profundo desfiladero por el que discurre el río, en cuyo fondo se sitúa la central, y en la ladera de la montaña los restos de las instalaciones industriales montadas para la construcción del embalse y hoy abandonadas.

El salto fue inaugurado en el año 1954. El edificio de la central es obra del arquitecto Joaquín Vaquero. En la sala de turbinas un monumental mural, obra de su hijo, el pintor del mismo nombre, narra gráficamente la historia de su construcción.

Siguiendo la carretera AS 14, se va ganando nuevamente altura, viendo a la izquierda el hermoso panorama del agua embalsada, antes de llegar a la villa de Grandas, capital del concejo.

La iglesia, dedicada a San Salvador, es el edificio más notable de la villa de Grandas.

Construida, probablemente, en el siglo XII, por donación de Fernando II, o a principios del siglo siguiente, con motivo de la peregrinación de Alfonso IX en el año 1222, en la que el Rey haría estación en la villa.

Su fábrica medieval, era mucho más reducida que la actual, en la que se mezclan los distintos estilos arquitectónicos propios de las diferentes épocas en que fue modificándose.

La portada románica empotrada en la actual fábrica, debajo de la tribuna, se conserva del primer período, así como dos sepulcros, posiblemente de canónigos, ya que el templo, fue colegiata dependiente de San Salvador de Oviedo hasta el año 1583.

El edificio actual se construyó en el siglo XVIII y se completó en el XIX, con el pórtico que la rodea.

Cuenta la villa de Grandas con un interesantísimo Museo Etnográfico. Creado por José Naveiras Escanlar, "Pepe el Ferreiro", en el año 1.984, actualmente está instalado en la antigua casa rectoral.

En él se conservan, organizados según el tipo y lugares de trabajo, los testimonios de los viejos oficios y la vida tradicional del occidente asturiano.

Comienza en Grandas, el último tramo asturiano del Camino, siguiendo, prácticamente, el trazado de la carretera AS 28, de la que se parte en distintos tramos, para circular por caminos señalados, en dirección a la vecina provincia de Lugo, por el Puerto del Acebo.

Deberá cruzar sucesivamente los lugares de La Farrapa, Cereixeira, Malneira, San Julián y Castro, antes de llegar a Padraira, donde existió una leprosería, fundada en el año 1594. Más arriba se encuentra Peñafuente y a continuación Bustelo del Camino, último pueblo asturiano antes de coronar los 1.024 m. Del Puerto del Acebo.

Ya en la provincia de Lugo, el camino sigue en gran parte del recorrido la carretera C-630, para alcanzar, siempre en descenso, el pueblo de Fonfría, que es el primer núcleo de población de cierta importancia que se encuentra después de entrar en la Comunidad Gallega. La localidad debe su nombre a un cercano manantial de rica y fresca agua. Contó con hospital en un edificio que hoy está dedicado a vivienda. Villarín de Arriba y Silvela, se encuentran antes de llegar a Paradanova, donde por un camino que discurre en un gran trecho, entre muros de piedra, comienza la fuerte subida que culminará en Fonsagrada, la elevada capital municipal desde 1835. Cuenta la leyenda que de su “Fons Sacrata”, manó leche para alimentar a una desvalida mujer y a sus tres hijos, por lo que se dijo que la fuente era sagrada. Puede ser ahora final de etapa porque su antiguo hospital, tiene continuidad en el actual albergue de peregrinos.

Después de Fonsagrada continúa el camino coincidiendo aproximadamente con la carretera C-630, con la que se cruza en distintas ocasiones. Por los lugares de Padrón, Villardongo y Pedrafitelas, se acerca a Montouto, donde se conservan todavía las ruinas del antiguo Hospital de Montouto y el dolmen del mismo nombre.

A partir de aquí y durante unos seis kilómetros, hasta la llegada a Paradavella, el camino se separa de la carretera y transcurre en suave descenso, por pistas de tierra, entre bosques poblados de distintas especies, que hacen muy agradable el recorrido.

Paradavella está todavía en el municipio de Fonsagrada, pero muy pronto, tras recorrer unos dos kilómetros, por la senda que discurre por la ladera de la montaña, estaremos en el término de Baleira. El camino cruza la carretera poco antes de llegar a Degolada y se pone de nuevo cuesta arriba, hacia el caserío de San Xoan de Lastra y Santiago de Fontaneira. Poco más adelante, en el alto de Carballín, se encuentra el pequeño poblado de Trabeiro, antes de comenzar a descender, por camino de tierra que deja la carretera a la izquierda y se interna por una zona de pinares. Una pronunciada bajada conduce al caminante hasta la localidad de O Cádabo, la pequeña capital del concejo de Baleira, que es el final de esta etapa.

Comienza el camino desde O Cádabo, siguiendo la estrecha carretera hacia Pradeda, hasta alcanzar el alto de A Vaqueiriza, límite entre los municipios de Baleira y Castroverde. A partir de aquí el perfil de la etapa, con pequeños altibajos, es todo en descenso y discurre en gran parte por caminos entre viejos muros de piedra, que hablan de la gran destreza de los hombres de estas tierras en el oficio de canteros.

En un entorno natural de gran belleza, se encuentra la Ermita del Carmen, muy poco antes de alcanzar la iglesia de Vilabade, de estilo gótico, reformada en el siglo XVII por encargo del Virrey de Mexico Diego Osorio Escobar. En la misma plaza el pazo de Abraira Arana, un magnífico edificio destinado ahora a alojamiento de turismo rural, luce en su fachada los escudos de los Montenegro, Osorio y Ulloa.

En Castroverde hay constancia de la existencia de dos hospitales en el siglo XVIII, los de San Lázaro y San Bartolomé. Desde lo alto del cerro saluda al caminante la torre del homenaje del castillo de los Lemos, que aún conserva restos de sus murallas y escudos.

El tramo de la ruta que se recorre a continuación, por San Miguel do Camiño, Penalonga, Souto de Torres, Nadela y Vilar de Cás, es seguramente uno de los más bellos del camino, con típicas viviendas rurales, preciosas praderas bañadas por numerosas fuentes y arroyos y bosque de grandes y viejos robles.

La Iglesia de Soutomerille, conserva restos de su primera edificación en el siglo X. Poco después de rebasar el pueblo, una vez cruzado el pequeño río Rade, el camino entra en el municipio lucense y llega a Gondar, donde también se documenta un hospital de peregrinos. El trayecto de la ruta que ahora se sigue, aparece nombrado en antiguos documentos de deslinde como “Camino Real de Oviedo”. A partir de aquí el camino coincide prácticamente con la carretera C-630, por la que se deberá de caminar con gran precaución. Después de pasar por los pueblos de Carballido y Fazai, estará el caminante a los pies de la milenaria ciudad de Lugo.

Una vez cruzado el puente de A Chanca y el río Fervedoira, subirá hasta la muralla romana que rodea el prominente castro sobre el que se asienta la vieja ciudad y entrará en ella por la puerta Toledana o de San Pedro junto a la que, grabado en una sencilla piedra de granito, se recuerda el origen del camino por el que se acerca a Compostela: “Por aquí entrou o rei Alfonso II o Casto, no século IX, inaugurando o primeiro Camiño de Santiago”.

De Lugo se ha escrito que “…es la ciudad perfecta. A sus pies el Dios de las Aguas, todos los días desde hace milenios y milenios, domesticado la tranquiliza, la sosiega…” alude sin duda el autor de estas palabras a las sensaciones que su casco antiguo transmite al visitante. Rodeada de su imponente muralla, obra del siglo II, con su vieja catedral, iniciada en 1129, donde se venera de forma permanente el Santísimo Sacramento, y las estrechas y acogedoras rúas que a ella conducen, domina desde las alturas las aguas que discurren por los valles de los ríos Paradal, Fervedoira y Miño que la circundan.

Se puede abandonar Lugo por la puerta de Santiago y encaminarse hacia el puente romano que salva el río Miño, que ya no corre hacia el Mar Cantábrico, como lo hacen los ríos asturianos, sino en busca del Océano, con la alta vocación de separar, o unir, las dos naciones ibéricas, después de recibir las aguas de su hermano Sil y visitar la ciudad de Ourense.

Caracteriza a esta etapa la circunstancia de que toda ella discurre sobre asfalto, siguiendo carreteras comarcales, que no son de gran tránsito, pero será conveniente tenerlo en cuenta a la hora de adoptar las necesarias precauciones de seguridad, o para escoger el calzado más apropiado.

Por A Cabada, San Xoan do Alto y O Burgo, donde se recuerda un hospital conocido como “casa do francés”, se acerca el camino a San Miguel de Bacurín, cuya iglesia ya se menciona en el siglo XII. El lugar de Crecente, que tiene buena fama por sus excelentes productos cárnicos, está muy cerca del límite municipal. San Román de Retorta ya se encuentra en el concejo de Guntín. Muy cerca de San Román, encontramos Santa Cruz de Retorta, con un bonito templo del siglo XIII, en el que destaca la magnífica celosía labrada en piedra de granito, que cierra el testero.

Otra pequeña iglesia que también se menciona en documentos de finales del siglo XII, se encuentra en Villamayor de Negral..

Llegados a Seixón, cabe la opción de dirigirse hacia Palas de Rei o tomar el camino más al norte que nos llevará a Melide. Si se opta por el primer recorrido, encontrará el caminante los pueblos de Chancela, San Vicente de Ulloa y Maceda, antes de afrontar una pequeña subida tras la que estará en Palas de Rei y habrá enlazado con el Camino Francés, que viene desde las tierras leonesas a través de los altos de O Cebreiro.

Haremos en esta guía una descripción muy breve y sencilla de las dos etapas que faltan para culminar la peregrinación ante la tumba del Apóstol, porque a partir de aquí, ya transita el caminante por terreno de sobra señalado y descrito en multitud de publicaciones que puede adquirir fácilmente en cualquier comercio del ramo. Está sobre la más transitada de las rutas jacobeas, por la que más hombres y mujeres de todas las latitudes, y en todos los tiempos, han llegado a Compostela. Atrás ha dejado los antiguos caminos por los que anduvieron los primeros peregrinos; hoy menos frecuentados, con menos albergues y en muchas ocasiones escasos servicios, pero que ofrecen a cambio la impagable oportunidad de liberarse de la masificación de otras rutas, de caminar casi en soledad, en silenciosa unión con una espléndida naturaleza, acercándose al original sentido de la peregrinación.

El camino sigue ahora prácticamente paralelo y muy cerca de la carretera N-547, pero por caminos a veces empedrados, otras veces de tierra, entre praderas, con abundantes arroyos y bosques de eucaliptos o castaños.

En San Xulián do Camiño, evocador nombre, la iglesia parroquial conserva su ábside románico y muy cerca un bonito “cruceiro”. Otros nombres muy peculiares y sonoros, como Pontecampaña y Campanilla se encuentran antes de llegar a las casas de Couto, en el límite provincial de Lugo y La Coruña.

Ya en la provincia coruñesa, Leboreiro, con un pequeño templo románico y la casa que fue antiguo hospital, fundado por la familia Ulloa. Inmediatamente el descenso, por la calzada medieval hasta el puente de un solo arco que salva el río Seco.

Melide es la capital del municipio. Dos viejas iglesias jalonan su casco urbano, la de San Pedro y la de Santa María. Si el momento es propicio no hay que dejar de probar el rico “pulpo a feira” que aquí preparan de forma extraordinaria.

En Ribadiso de Baixo, a la orilla del río Iso, el que fue antiguo hospital, donde según reza un documento del año 1523, el hospitalero debía de socorrer a los peregrinos con toda caridad, ha sido reconstruido y es ahora uno de los más bonitos y acogedores albergues del camino. Desde aquí, hasta la importante villa de Arzúa, cabecera de su término municipal, que cuenta con todos los servicios para el peregrino, restan unos tres kilómetros de camino en ligera subida.

La última etapa que se propone en esta guía, seguramente que es demasiado larga, pero bien se pueden recortar los cinco últimos kilómetros. Haciendo estación en el Monte del Gozo, después de saborear la alegre experiencia de vislumbrar desde lo alto, la ciudad de Santiago, si la lógica impaciencia lo permite, puede retrasarse para la jornada siguiente la bajada hasta la catedral.

A partir de Arzúa continúa el camino muy cerca de la citada carretera N-547. En unas ocasiones se acerca y en otros momentos se aleja de ella, cruzándola varias veces y teniéndola siempre como referencia.

Por las localidades de Raido, Cortobe y Tavernavella se alcanza en el alto de Santa Irene el lugar conocido como Empalme, donde a la orilla de la carretera se encuentran varios bares y restaurantes. Poco más adelante Santa Irene, con capilla dedicada a la mártir portuguesa, antes de llegar a Arca, la pequeña capital del municipio de O Pino, que en los indicadores de carretera aparece con el nombre de Pedrouzo.

Hay que bordear después el aeropuerto, por caminos reconstruidos tras las modificaciones efectuadas para mejorar las carreteras y acercarse a San Paio y Lavacolla, la antigua “Lavamentula”, donde en el río del mismo nombre, los peregrinos lavaban sus ropas y sus cuerpos antes de llegar a Compostela.

Tras cruzar una vez más la carretera, comienza la subida hacia el poblado de San Marcos y el Monte del Gozo. Por Caminos asfaltados pasaremos ante las instalaciones de la televisión gallega antes de alcanzar la capilla dedicada al evangelista, al pie de la colina en la que se asienta la escultura que conmemora la visita de Juan Pablo II. Por una entrada lateral se puede acceder al gran complejo de acogida al peregrino que hoy son las instalaciones del Monte del Gozo, y hacer aquí como habíamos propuesto el final de la jornada, recordando una de las estrofas de la antigua Canción de los Peregrinos:

Si por el contrario, decidimos llegar hasta la catedral, tendremos que seguir el camino, bajar unas escaleras y después de pasar el puente sobre la autopista, continuar recorriendo ya la zona urbana de modernas edificaciones, por las rúas de Concheiros y San Pedro, pasar ante la capilla de San Lázaro antes de alcanzar la Porta do Camiño. Por a Rúa das Casas Reais, la Plaza de Cervantes y la Rua de Azabachería, desembocaremos en la Plaza de la Inmaculada, desde la que, por la puerta norte, se accede a la Catedral, excepto los años jubilares, en los que el peregrino, siguiendo la Via Sacra, llega a la Plaza de la Quintana y entra en la Basílica por la Puerta Santa.

Llegó el esperado momento de abrazar al Señor Santiago, en el final de nuestro viaje. Ahora si que podemos unir nuestra oración a la que Cristian de Boisvert, el peregrino del siglo XV, hacía con emoción en las últimas estrofas de su canción:

Planificación etapas 16 a 28

Etapa 16 a 28 – Hondarribia a Oviedo (Viernes 28 de Agosto a 11 de Septiembre)

Toda esta ruta la haremos siguiendo el Camino del Norte, siguiendo los múltiples libros que hay a este respecto. Os invitamos a ello.

Planificación etapas 15

Etapa 15 – Santesteban – Hondarribia (Viernes 28 de Agosto)

Km 0 – Salimos de Santesteban por el puente del río Ezkurra. Nada más cruzar y en paralelo al Bidasoa está la ruta que seguiremos

Km 0,8 – Pasamos por un primer túnel. A la salida del túnel, podremos observar un pequeño embalse.

Km 3,0 –- Antes de llegar a la localidad de Sunbilla, nos encontraremos con otro túnel. Al salir del mismo nos encontraremos con un cruce, ya en la misma localidad de Sunbilla.

Km 3,1 – En el cruce giraremos levemente a nuestra izquierda, dejando en esta misma mano un antiguo lavadero. Seguiremos por esta calle hasta el final, que es donde continúa el firme de la antigua vía del Bidasoa.

Km 5,2 – Siguiendo por la ruta nos encontraremos con un viaducto que modifica ostensiblemente el antiguo recorrido. Éste es el viaducto por donde discurre el nuevo tramo de la carretera que une Pamplona con Irún.

Km 6,1 – Después de dejar la zona del primer viaducto, nos encontraremos con un puente colgante de madera, que permite cruzar el río Bidasoa.

Km 6,8 – Después de haber pasado por debajo del viaducto seguimos la ruta por firme de hormigón hasta este punto. Aquí comienza un nuevo tipo de suelo más cómodo para andar tanto en bicicleta como a pie.

Km 8,9 – Nos encontraremos con un cruce y seguiremos por la parte de la derecha. El camino que asciende es de hormigón.

Km 10 – Nos encontramos con un nuevo túnel, éste es bastante largo y de firme desigual. Aunque no es imprescindible es aconsejable el uso de linternas, sobre todo en época de poca luz, ya que con buen luz exterior nos ofrece un paso en oscuridad total de unos 20 metros

Km 11,8 – Después de pasar el túnel la ruta se irá cerrando y encontraremos vegetación aérea sobre nuestras cabezas. Es muy aconsejable en este tramo el uso de gafas para evitar desagradables sorpresas (¿?). Nos encontraremos con una nueva presa.

Km 12,6 – Llegamos a otro puente que nos mete en la carretera de Irún.

Km 14 – El camino se mete entre los troncos almacenados de un aserradero.

Km 14,6 – Pasamos por una fuente

Km 16,8 – Frente a nosotros aparece un nuevo túnel con ligero giro hacia la izquierda. El firme es bueno y en su lado izquierdo existe una canalización de agua. Aunque tiene mejor visibilidad que el anterior, es conveniente el uso de luz artificial en un pequeño tramo. A la salida del mismo encontraremos una pequeña cortina de agua.

Km 18,3 – Llegamos al cruce con la carretera de Lesaka (NA 4000). Giramos a la izquierda dirección a este pueblo.

Km 20,3 – Llegamos a Lesaka. Saldremos en dirección Ubiria.

Km 21, 6 – Pasado Ubiria nos cruzamos con un camino que se bifurca en ese punto. Seguiremos por ese camino hacia la derecha por la bifurcación de la izquierda.

Km 23,3 – Se enlaza con el GR 11. Seguiremos el GR hasta la carretera GI-3454

Km 26,8 – Llegamos otra vez a la NA4000 que seguiremos 800 m

Km 27,6 – A la derecha sale el GR11

Km 31 – Llegamos a la GI 3454 dónde también está el GR121. Entramos en la carretera por el km 10 de la misma.

Km 31,3 – A la izquierda sale el GR121 que cogemos

Km 35,3 – Llegamos a la GI3454 otra vez. La seguimos hasta Aldabe

Km 36 – Llegamos a Aldabe. Seguimos por la carretera hasta Irun

Km 37 – Llegamos a Irun. La cruzaremos hacia Hondarribia

Km 38,5 – Salimos de Irun por el GR11 y la carretera GI2134

Km 40,5 – Entramos en Hondarribia. Seguiremos por la carretera

Km 41,2 – Llegamos al cruce que separa el cabo Higer de la Ermita de Guadalupe.

Comer: En cualquier bar que veamos. Si bien no hay pueblos grandes a partir del kilómetro 20 hay muchos caseríos y restaurantes de carretera.

Cenar y dormir: Hondarribia. En caso de ir muy mal en Irun.

Hondarribia

Hotel Jauregui

Zuloaga, 5 - 20280 Hondarribia
Tel.: 943 64 14 00

Hotel San Nikolas
Plaza de Armas, 6 - 20280 Hondarribia
Tel.: 943 64 42 78

Irun

Hotel Ibis Irun

Avda De Letxumborro 77 - 20305
Tel.: 943 63 62 32

Planificación etapa 14

Etapa 14 – Olagüe – Santesteban (Jueves 28 de Agosto)


Km 0 – Salimos de Olagüe con la fresca por el antiguo trazado de la nacional.

Km 1 – Enlazamos con la carretera local de Aritzu. Pasamos por debajo de un puente con la N121 encima. Se gira a la izquierda por una pendiente que nos lleva al cruce de la vieja carretera por la que salimos al arcen de la N121. Al lado hay una senda en el lado de la dirección Pamplona

Km 1,8 – Pasamos junto a una casa. Nos separamos de la carretera por un camino ancho y con hierbas. El puentecillo de piedra que hay a continuación señala los límites de los términos de Lantz y Anue, separados por la regata Errekabeltz.

Km 2 – Encontramos dos portillos de ramas entrelazadas seguidos. La senda se va difuminando hasta casi salir a un prado donde unos 5 metros antes del mismo seguiremos por un camino a la izquierda.

Km 2,5 – Llegamos a una bifurcación y giramos a la izquierda. Nos encontramos una segunda bifurcación pero seguimos recto. Nos acercamos a la carretera.

Km 3 – Llegamos a la carretera y la tomamos a la derecha.

Km 4,9 – Llegamos a Lantz por la carretera y tenemos que ir hasta la Posada. Saldremos del pueblo por la calle mayor y cogiendo un callejón lateral

Km 5,4 – El camino por el que vamos es muy ancho y se le bifurcan dos caminos hacia la izquierda casi seguidos. Si nos giramos veremos a la derecha el valle de Ultzama y pocos metros después aparece el casco urbano de Lantz bajo nosotros. El camino se va estrechando y pasando entre diversos setos.

Km 6,8 – El camino asciende entre tapias,setos y alambradas y luego entre prados de ortigales. Gira subiendo a la derecha y nos metemos en el bosque. El camino está señalizado con marcas amarillas pero de bajada. El bosque se espesa y el camino puede desaparecer entre las hojas, por eso las marcas amarillas ganan importancia. Pasamos por un collado entre dos barrancos. La pista sigue subiendo.

Km 8 – Llegamos a varias bifurcaciones pero parece que están señalizadas (Dios lo quiera porque perderse aquí rozará la tragedia) Llegamos a un camino amplio y cómodo que empieza a descender. Vemos unos minutos después las Ventas de Ultzama, algo más abajo a la izquierda (esto si los árboles están sin hoja). Más adelante, señalizado en los troncos, tomamos camino a la izquierda. El cruce está marcado también con un cartel. En tres minutos se alcanza un collado y volvemos a ascender ligeramente.

Km 9,2 – Llegamos a un cruce, y giramos a la derecha. Bajamos saliendo del bosque de hayas (¿alguien sabe la pinta que hace un haya?) y llegamos a un camino en medio de una curva. Lo tomamos la izquierda. Al poco veremos los restos de un puente románico. Cruzamos el cauce naciente del río Ultzama sobre una losa de hormigón. Subimos hasta encontrar dos edificios que cruzaremos por entre ellos.

Km 9,6 – Llegamos al monasterio de Belate. Hemos de subir hacia los restos de la ermita de Santiago de Belate. Subiremos por un collado hasta el límite de Baztan y Ultzama.

Km 10,2 – Llegamos a una antigua calzada romana señalizada tramo a tramo. Nos cruzamos con el camino que lleva al pico de Saioa, pero seguimos recto. Casi no hay arboles pues estamos cerca de la cima del puerto de Belate

Km 10,9 – Los árboles empiezan otra vez según bajamos.

Km 11 – Superamos un regato y seguimos bajando. Hay zonas del camino un poco desprendidas y los días de humedad hay que ir con ojo. Recorremos la senda boscosa y hay zonas dónde vuelve aparecer el enlosado de la antigua calzada. Desembocamos en una carretera vieja.

Km 11,4 – Salimos de la carretera por un paso canadiense entre dos pretiles de cemento a un camino herboso. Llegamos a un camino. Alcanzamos un suave collado y ascendemos un poco. Se nos cruzan varias sendas pero las señales amarillas de bajada nos diran por donde debemos ir.

Km 12,9 – Sale un camino a la izquierda que desemboca en la carretera local NA1210, que seguimos hasta Berroeta.(la enlazamos en su kilómetro 6)

Km 19,9 – Se pasa por Almandoz.

Km 21,9 – Nos cruzamos con la nacional (km 15) y la carretera regional es otra NA 2540.

Km 22,9 – Dejamos el desvío a Berroeta.(si no queremos no vamos al pueblo)

Km 25,9 – En el km 4 de esta carretera sale un desvío al pueblo de Ziga a la izquierda y lo cogemos

Km 26,4 – Llegamos a Ziga donde sale el camino para Mugairi

Km 33,9 – Llegamos casi a Mugairi, pero sin entrar en el pueblo vamos al molino viejo.

Km 38,4 – Se toma una carretera local que va paralela a la nacional hasta Santesteban.

Comer: Ziga o Mugairi

Cenar y dormir: Santesteban

Santesteban

Hostal Santamaría

Mayor, 28, 31740 Santesteban (Navarra)
948450043

Hostal Ameztia

Ameztia, 31 - 1º, 31740 Santesteban (Navarra)
948450028